en medio de la noche,
en medio de los gritos.
Temblaba - No podía controlar mis piernas,
ni mis brazos,
ni mi boca.
Estaba sola. Grité, pero mi voz se ahogó en un mi garganta,
en mi alma,
en mi ser.
Nada tenía sentido. En ese momento me di cuenta que no quería a nadie más.
Solo a ti.
el sol que me despierta
la estrella que me guía
Tú ya no recuerdas mi nombre,
mi rostro
mi amor
Y en el momento que le pedí una señal de vida a Dios, Él me lo dio.
Era una epilepsia de amor
Un ataque al corazón
Un shock de resurrección.
Qué extraña es la vida cuando no hay más que la muerte,
pues levanté la vista al cielo y estaba demente:
tus ojos se ahogaban en el azul del firmamento
y mis lágrimas saladas eran de puro lamento.
Porque sentí un par de brazos rondeando mi silueta
qué lástima, era tan solo una vil marioneta
de un destino sarcástico, burlón y depravado
que ama tenernos separados.
1 comentario:
PUBLICATE MÄS, ese poema en verdad que es MUY bueno
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