Estaban ahi, los dos, sentados sobre el húmedo pasto que mojaba sutilmente sus prendas. Las luces naranjas de los faroles creaban un ambiente cálido a pesar que era un noche fría.
Ninguno se inmutó, tan solo se conformaban con contemplar su entorno, hasta que un "¿me amas?" salió de su boca. Ella no supo que responder. Bajó la mirada para evitar que sus ojos sean atrapados por los de él. Su boca temblaba, su corazón quería hablar pero su mente lo controlaba. Él, al no escuchar lo que esperaba, se levantó, dio unos cuantos pasos y desapareció. Se fue, simplemente así. El viento se lo llevó y, en su reemplazo, llegó una nube gris.
Sin embargo, ella continuó sentada en medio de aquél jardín a pesar del agua salada que caía sobre ella. Tal vez por desesperanza, o por ocultar su debilidad ya que las gotas se mezclaban con el agua dulce que brotaban de sus ojos.
Luego de 21 minutos, cuando paró de llover, él regresó a buscarla pero no la encontró. El dolor agudo que llevaba en su pecho hizo que el sueño se apoderara de su alma y fue así como cayó sobre el verdor de aquél pasto que ahora estaba escarchado. Al entrar en el terreno de Morfeo, la pudo ver por última vez, pero cuando despertó no recordó nada. Miró a ambos lados para comprobar su triste realidad: ella ya no estaba ahí.
El único lugar en el que no busco, fue dentro de si mismo. Su amada era una simple ilusión creada a base de acuarelas, que ahora, estaba disuelta en el alma de aquél joven.

1 comentario:
Tienes razón, un chico y una chica pueden estar juntos sin hacer nada.
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