Oldish Stuff

Lo extrañaba.

En sus momentos libres o intervalos entre clases, sólo se la pasaba imaginando.
Dejaba volar su imaginación para sentir un roce más, una caricia inexistente pero que tan solo tenía vida en su mente. Su corazón palpitaba con gran velocidad, cerraba sus ojos y podía escuchar su pulsación. Ya nada importaba, ni las miles de notas en la pizarra, ni la voz de su profesora explicando a los Poetas Malditos, simplemente nada.
Sabe que el también piensa en ella, pero ninguno se atreve a pronunciar palabra alguna. No es a causa de timidez, pero sí del orgullo. Ambos prefieren sentir en silencio, gozan de esa mezcla agridulce de emociones que los recorren de pies a cabeza: una composición de amor, desesperanza, tristeza e imaginación.

"Lexie no tenía nada que hacer" - algún día (del cual aún guardo el recuerdo) de Octubre del 2011.


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