A drink for the horror that I'm in.

Convivir con ella te lleva a conocerla mejor que cualquier médico. Se vuelve tu compañera y todo gira en torno a ella. Sin querer, te vuelves su confidente. Cuando te hartas de escucharla una y otra vez explotas y por un momento esa liberación de tensiones te hace sentir bien, hasta que ella vuelve con sus lamentos y quejas. Poco a poco deja su apariencia, y toma la tuya.

Cambios radicales, la gente no comprende, tus amigos ya no lo son mas y tú te sientes raro, sabes que algo no anda bien.

El tiempo pasa, no has comentado esto con nadie, las nuevas sensaciones invaden tu cuerpo.. tu alma. Quieres gritar pero estas muy cansando. Crees que es una pesadilla, así que decides dormir porque piensas que cuando despiertes todo será mejor, pero es una mentira.

Cada día que pasa te sientes más débil, piensas que esto no tiene solución, que ella nunca te matará y solo te hará sufrir. Creas todo tipo de muertes posibles en tu cabeza, pero la cobardía es mayor que tus deseos; hasta que un día... un día aprendes a canalizar tus miedos, y se transforman en gotas de sangre.

Ya nada duele, porque el dolor te produce satisfacción: son como las heridas de un soldado luego de haber vencido al enemigo en la batalla, pero olvidas que no has ganado la guerra.

Probablemente las batallas se vuelven infinitas, y buscas nuevas formas de vencer: nuevas armas y nuevos métodos. Pero al final, siempre entiendes que a pesar de "ganar" tu enemigo no tiene ni un solo rasguño, y se hace más poderoso viéndote miserable.

Es aquí cuando te aíslas, cuando crees que nada ni nadie te va a comprender; pero muy en el fondo sabes que todo depende de ti y se enciende una chispa: pero nada es como antes, tus amigos tienen nuevos amigos y las personas te tildan de loco. Comenzar de cero ya no es una opción, porque es demasiado tarde.

Agosto, 2011

Lo miré, estaba asustada y no sabía que decir.

- ¿Quedamos en hablar hoy, verdad?

- Sí - fue el único monosílabo que pude pronunciar.

Comencé relatandole los problemas que tenía con mis "amigos", le describí brevemente la situación sin preocupaciones, hasta que un "¿por qué" interumpió.

Ese fue el inicio.

Respiré profundamente, sentí como el aire estaba en mis pulmones y el simple hecho de hablar dolía. Mientras mi mente retrocedía, buscaba memorias antiguas y trataba de resumir la información; mientras mis ojos trataban de aprisionar las lágrimas a la vez que que estos cruzaban miradas con los de él; mientras mi voz se quebraba y mis dedos se congelaban por los nervios del momento; el tiempo pasaba lento y yo buscaba que después de esto sus palabras me salvaran.

¿Qué se supone que pasó? 

Ya lo olvidé,  pero sé que existió... o tal vez, solo estaba soñando.