Despierta, sus manos estan heladas.
No quiere cambiarse, no quiere salir, no quiere vivir.
Mira el cielo, esa panza de burro que la hace sentir misérrima.
"Hoy no se pudo" - piensa, mientras se alista para caminar las calles de siempre.
Se ha rendido una vez más.
Mira su merienda con desprecio.
Toma la infusión, y el resto lo lleva para el viaje.
Sale de casa, se asegura que esta lejos y lo arroja.
Ella no tiene necesidad de caer en juegos de glotonería.
Las clases le parecen más interesantes, se ha dedicado a escuchar y anotar.
Ha encontrado la armonía del "ello" y el "superyó"
Por un momento piensa que todo esta bien.
"Quiero vivir" - susurra.
Regresa al lugar pristíno donde sus sueños se desmoronan.
Ellos lo llaman hogar; ella, infierno.
Ellos se dedican a decir cosas insignificantes, tan mediocres que son capaces de manchar papeles con sangre.
Ella es un alma sin cuerpo, sería irrisorio decir que esta triste, pues no siente nada.
Nota: es corto, sin sentido, pero necesario. Necesito poner en práctica la teoría que no me enseñan en clase. A veces las personas dicen cosas reveladoras, o tal vez soy yo la que escucha de más.
2 comentarios:
¿Hablas de tu clase de sicología con lo del "superyó"? Lo de "tal vez soy yo la que escucha de más" fue genial.
jajaja sí, aplico lo que escucho y lo que me parece interesante en los posts para no olvidarlo.
Gracias por comentar, en serio :)
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