- Déjalos.
- Tío, ¿las plantas tienen espíritu?
- Yo creo que todos los seres vivos. Si no, ¿cómo se mueven?
- Tío, cuéntame más.
- No, te vas a asustar.
He estado mal estos últimos días, había olvidado la palabra "amar", la estaba confundiendo con lástima y pena, con buenos recuerdos y malos; y el miedo de creer que nuestro destino esta fijo me hizo dudar más.
El destino no esta fijo, el destino lo creamos nosotros, sólo que a veces Dios (ese ser espiritual) ayuda un poco.
Luego, todo cambió.
- Tío, ¿has visto a mi papá?
- Ehh... sí.
Me quedé helada, no se lo demostré.. porque, bueno, empeoraría las cosas.
- ¿Dónde?
- En ese parque, donde vivía antes.
- ¿Qué hacía? ¿Cómo estaba?
- Caminaba, despacio, como pensando.
- ¿Pero... seguro que era él?
- Sí, como no voy a conocer a tu viejo.
Luego me di cuenta que sí, alguien ahí afuera me ama. No necesito más amor que ese, me hace sonreír :) es un amor que no me da miedo, a pesar de que hablamos de un espíritu. Ese amor impulsa, calma los miedos y me hace recordar quien soy verdaderamente.
Es extraño, este post es muy .. poco dramático, o muy alejado de mis otros posts sobre la muerte. Pero sentí la necesidad de escribirlo, porque todo esto paso hace 10 minutos.
Estoy contenta, es todo, au revoir.

Dios, ¡él sigue vivo y esta caminando por ahí! Espero encontrarlo un día en la calle y decirle: Hola, te amo. Tal vez ese día pueda morir en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario