Memoria praeteritorum bonorum

Tarde helada y gris como la de hoy. Escucho unos pájaros gorgojear y recuerdo que, por más que esto sea una réplica del ayer, es tan solo un deseo que nunca se cumplirá. 
Ya nada es igual, todos estamos quebrados, sin ganas de vivir. No nos atrevemos a suicidarnos porque aún pensamos en los demás, pero tampoco nos atrevemos a levantarnos sonriendo, porque sabemos que ya nada es igual.
Los panes integrales y las grandes tazas llenas de manzanilla con el toque de miel abeja no volverán, ni los horribles sonidos de la lavadora, ni los árboles.. ni lo árboles de navidad. ¿Hace cuanto no celebramos la Navidad? ¿5 o 6 años? No, este año serán 9.
¿Sabes lo que más extraño? No son los momentos, piensa un poco más.
Sé que todo sería diferente, tal vez sería peor.. pero ¿por qué así?

Extraño las tardes, donde bajo sábanas dormíamos todos felices y abrigados. Lloro, porque parece mentira como un día pudo haber sido tan perfecto, pero lloro aún más por no saber si fue verdad, tal vez mi mente lo inventó. 

Creo que mi mente nunca estará llena, porque tengo infinitos recuerdos.


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