Hoy sí podría escribir de lo mucho que me asustan las radios, de las increíbles canciones que expresan aquello que jamás podría decir abiertamente o del horrible cansancio que tengo.
Hoy seré realista al menos por unos 20 minutos: ¡quelle ironie!
Oui, quelle ironie.. He descubierto que las ecuaciones de mi vida están mal equilibradas, le faltan constantes y algunas variables. Estoy despejando, sumando, restando, multiplicado y dividiendo mal. Sí, probablemente digan: "usa una calculadora", ¡pero no puedo! no está permitido usar calculadoras.. ¡quelle ironie!
Oui, quelle ironie.. Estudio y saco mala nota, no estudio y apruebo. ¿Entonces que debo hacer.. no estudiar?. Me siento contenta por un instante, y luego mi estado de humor desciende. Lo siento, me olvido que las montañas rusas no son planas, que los altos y bajos existen y por más que trate de no sentir esa sensación rara en el estomago, no lo podré evitar.
He tratado de enviar mensajes hasta con señales de humo, pero al parecer hay un error. No sé de qué tipo, si referencial, expresiva, apelativa o fática.. no creo que sea metalinguísta, porque si no, me hubieran pedido que aclare el mensaje, mensaje que nunca llegó al receptor, que desapareció y que prometo nunca más mandar.
Un mensaje que sí me llegó fue el de una emisora. Me da mucho miedo, porque lo que se dice es preciso, cae a pelo con lo que pienso y es como si un consejero me estuviera hablando. Pero.. yo no soy la que necesita los consejos, tal vez nadie los necesite.. porque a tal vez ese "nadie" no le importe, y porque tal vez a mi tampoco.
Ironías.
La conclusión a la que he llegado, luego de haber estado unos 27 minutos sobre el suelo de esta habitación es que, pase lo que pase nada mejorará.. porque en el mundo real existen cosas que son limitadas, pero para Dios (si es que creen en él) todo es posible.. así como quitarnos la vida, entonces ¿por qué no devolvérnosla?


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